domingo, 1 de mayo de 2011

Por un Pancho y una Coca…




















Dave Scoot y Abayuba en el Panamericano de Triatlon en Oklahoma USA 2009.

En el primer lustro de los 80´s no había tele por cable, tampoco varios televisores color en cada hogar; pues la era color que sustituyó a los antiguos televisores a transitor, pasaron a un segundo plano en algún dormitorio. Esta “Era Color”, produjo mayores y mejores producciones televisivas, ya que lo cromático aumentaba lo visual (algo que hoy por hoy es casi todo).
La gente descubrió partidos de fútbol (vía satélite) y carreras de F1 en directo casi todos los fines de semana, pero fundamentalmente la televisión descubrió que los exteriores eran un nuevo espacio que se habría y enormes producciones de montajes de estudio al aire libre para hacer algún evento. Se pasó a cámaras cada vez mas versátiles con la misma calidad que las de estudio. Ésto llevó mas imágenes de deportes sin estadio ,así se empezó a ver atletismo de cross country o clásicas del maratón y el ciclismo con más realismo, así los deportes de nieve y los clásicos de cada deporte llegaron masivamente, el público pedía más y los nacientes deportes extremos o de pruebas combinadas atraían espectadores y comentaristas, el Triatlón como el ahora desaparecido “Supervivencia del más apto”, fueron reglamentados debido a la expansión que la televisión hacía en cada país y región, pues estos deportes tomaban adeptos en crecimiento exponencial. Si algo bueno tiene el capitalismo es crear mercados y de una adaptación surge una tecnología, fue el montain bike de esos años el que también se sumó y llegamos al abanico de propuestas, como opciones que existen y aparecen cada día.
Todo esto, hoy visto analíticamente, a mi me llegó muy de pronto, pues ante ese televisor, seno de la reunión familiar, tal cual reminiscencias del encuentro tribal ante la hoguera ancestral, veíamos en familia y comentábamos los distintos programas. Uno de los más esperados era El deporte y el Hombre de Pancho Ibáñez, al que como se mostraba el fin de semana, era acompañado de una Coca Cola (familiar de litro) algo que no ocurría todos los días, por eso tenía una mayor relevancia.
Pancho, que tenía el material del momento, si bien con un delay normalmente aceptado en esas épocas, era casi el emblema deportivo de una generación que empezó mirando y se fue formando, incluso hasta nuestros días.
Hace algunos años hablando con el mismo Ibáñez, en las distintas ocasiones que tuve la oportunidad de conversar con él y comentando la repercusión y la trasmutación de su programa, hacia ir en pos y ser parte “De.Pancho”, me comentó que aún lo paran en la calle para decirle que tienen presente ese programa, alentándolo a retomar, aunque como buen conocedor del medio, me comentó que la TV cambio de ritmo, dejando las historias deportivas para documentales o en canales netamente deportivos, mostrando una exhibición impecable pero más que nada referido a lo netamente visual.
Puedo recordar perfectamente con grata alegría y añoranza, las imágenes de un Dave Scott erizado de fibras musculares en plena acción siendo acicalado por el Makani (viento hawaiano) y rompiendo barreras que eran increíbles de entender en esa época.
Una semana era el Ironman de Hawaii y otro el Triatlón de Niza (en ese momento 3/4 de la distancia hawaiana). Se repetían nombres: Mark Allen, Yves Courdier y no me entraba en la cabeza como alguien (sin ser mundiales o JJOO) viajaba en avión con su bicicleta para hacer un desafió de locos.
Pancho me contó que llegaban tantos pedidos que pidió a la ABC (dueña de los derechos), material de archivo, pues era 1984 y barajó para dar de nuevo y fue así que pasó una y otra vez los eventos del 82 al 86. A eso se sumaron la Cabalgata Deportiva Gillette y El Ancho Mundo del Deporte, que conducía Francisco Campos (otro Pancho). Éstos aumentaban la grilla televisiva y los nuevos cultores absorbíamos como esponjas, al punto que pudimos llegar a hacer de ésto nuestra forma de vida. Perdí la cuenta de cuántas veces puse mi bicicleta en un avión , para medir en los más diversos lugares del mundo lo que hago a diario, que es nadar, pedalear y correr. Ahora ya como profesional puedo decir que empecé haciéndolo por un Pancho y una Coca.
Y quizás así se hace la historia, el tiempo lo dice entonces…..
Por Abayubá Rodríguez.

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