Tras la experiencia en Holanda, Alemania y Bélgica, los ciclistas podrán tomarse un día de descanso y de traslado hasta España. Pero no habrá muchas oportunidades para el relax. La competición regresa el jueves 3 de septiembre con una etapa de 174 kilómetros que unirá la ciudad catalana de Tarragona con la ciudad costera de Vinaròs (Castellón).
La entrada en España supondrá también la aparición del primer puerto de entidad: el alto de Fatxas, de 2ª categoría. Sin embargo, mucho más emocionante que Fatxas serán dos subidas no puntuables: una por la zona de la Senia y otra en el conocido como alto de La Ermita, situado a sólo seis kilómetros de la línea de meta y cuyo estrechamiento seguro que provoca los nervios no sólo de los sprinters sino también de los favoritos a la general y una guerra por la posición que resultará muy interesante. Los caza-etapas intentarán atacar en la subida, pero también buscarán la sorpresa en la estrecha bajada. Será, por tanto, un día de emociones fuertes.
Antecedentes: Tarragona ha visto la salida de una etapa de la Vuelta hasta en 13 ocasiones, la primera de ellas allá por 1936. Vinaròs también es una ciudad con experiencia en estas lides desde 1967. En 2005 ganó al sprint Max Van Heeswijk y en 2001, con salida también en Tarragona y meta en Vinaròs, el triunfo fue para Juanma Gárate, el triunfador del Mont Ventoux en el pasado Tour.
martes, 1 de septiembre de 2009
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